24-02-2012 Dorados en Magdalena, con el guía Miguel
Alvarado
Si nos faltaba una
pesca antes de comenzar con la del pejerrey por varios
meses, era la pesca del dorado. Un pez guerrero, combativo,
y que si no está bien clavado larga la carnada dejándonos
con ese sabor extraño de perder una pieza que valía la pena.
Para no fallar con la nota recurrimos a la persona que más
conoce el río en la zona. El guía Miguel Alvarado.
Consultamos la altura de las aguas, el estado del viento y
decidimos a la mañana temprano encarar el riopla para
realizar la nota que nos faltaba.
Alrededor de las 8 de
la mañana el río estaba ya con muy poca agua, aceleramos los
trámites para poder ingresar con la poca agua que había.
Bajamos la embarcación, un hermoso trakker
de 7,5m de eslora con un motor de 75hp, el que utiliza Miguel para hacer las excursiones de
pesca.
Navegamos hacia la
primera canaleta profunda con el motor levantado, una vez
que encontramos el caudal necesario la navegación fue la
normal, la misma de siempre. Hicimos un recorrido de pocos
metros hasta encontrar uno de los pozos de piedra conocidos
en la zona, lugar donde se forman correderas en el
fondo.
Hay distintas maneras
de pescar el dorado: a flote, a fondo y con artificiales.
Decidimos utilizar las dos primeras modalidades. Las líneas
las debemos preparar correctamente, a esta especie no se le
puede dar ninguna ventaja porque lo único que conseguiremos
es quedarnos con las manos vacías. Por eso siempre las
bajadas deben poseer un líder de acero y un anzuelo
resistente. Los mosquetones bien apretados para que no se
abran.
Miguel preparó una
línea de flote dejándola derivar a la espera de algún
ataque. Por su parte, Santiago decidió lanzar con una línea
de fondo. Recuerden utilizar para la madre de la línea,
nylon de 0.60mm para no tener cortes.
Se preguntarán con qué
encarnamos, ya que teníamos todos los equipos preparados. La
carnada utilizada fue bagre amarillo, encarnado entero y
vivo para que tenga movimiento. También probamos con
porteños que hemos pescado en ese momento para respetar el
encarne con carnada viva.
Las cañas utilizadas
eran varas de 2m para las líneas de fondo y para la línea de
flote una vara más larga de 3,5m para poder clavar una
llevada a mayor distancia.
Líneas en el agua y a
esperar las respuestas... durante los primeros piques
estuvimos erráticos, no realizamos las clavadas en los
momentos justos. Señal de que el pique fue de dorado era ver
la manera en que venían los bagres encarnados, mordidos y
hasta partidos en dos. Es normal que se erren los primeros
piques, no siempre una especie pica de la misma manera.
El primer dorado fue
pescado a fondo, al sonar la chicharra del reel rotativo y
efectuar la clavada en el momento exacto pudimos traer hasta
la embarcación la primer captura. Un doradito mediano
tirando a chico pero como siempre decimos, es el que indica
que estas en el lugar correcto (primera foto).
El segundo dorado fue a
flote (segunda foto), demostrando Miguel la habilidad clavó
a más de 60 metros en el momento que había que clavar. Las
boyas derivaban, la embarcación anclada, como no había
viento
la correntada era la que manejaba el destino de la carnada.
Cuando el río estuvo bien bajo las líneas de flote tenían
muchísima respuesta, sonaban las chicharras y había llevadas
importantes. A medida que el río comenzó a crecer el pique a
flote fue aflojando. Las líneas que estaban a fondo
mantuvieron la actividad tanto con el río bajo como con el
río crecido. Son detalles que indicaban que el pez estaba
ubicado bien al fondo.
Tener pescando a un
conocedor cerca ayuda mucho, es el que te da los datos
necesarios para ser más efectivo a la hora de traer hasta la
embarcación un pescado. Consejos como decirte de qué manera
encarnar un bagre para que el pez muerda bien el anzuelo y
no nos robe la carnada solamente, o decirnos que la caña
siempre arriba una vez que clavamos para no darle
posibilidades al dorado de que se escape por aflojar y no
tensar como corresponde, consejos de como asegurar un líder
para que no se abran los ganchos. Con el dorado no nos
podemos confiar, viene luchando desde que es clavado hasta
que se lo levanta a la embarcación, salta, cabecea, hace
movimientos bruscos, todo para tratar de
desengancharse
el anzuelo.
El Río de la Plata en
nuestra zona no deja de sorprendernos, estamos teniendo
pescas realmente buenas, y un pesquero que desde hace años
nos posibilita pescas importantes como la pesca del
pejerrey, la pesca de la corvina rubia, la pesca del bagre
de mar, ahora le tenemos que sumar la pesca del dorado que
por la lucha que nos brinda es una de las más entretenidas.
Es importante cuidar
estas especias que nos dan tantas satisfacciones, un dorado
para que lo podamos comer debe pesar más de 4kg, más chicos
que eso es luchar contra las espinas. Pero es más la
recompensa interna que tenemos al devolver un pez de estos
que degustarlo a la parrilla o como sea.
El río es muy grande,
el pez no anda por todo el río, si uno no va con un
conocedor va a navegar de un lado para el otro y es muy
probable que no haya respuesta. El guía nos llevó al lugar
justo, de navegación tuvimos apenas 10 minutos, un lugar
cercano a la costa donde él observó que podíamos llegar a
realizar la nota ahí. Efectivamente estuvo acertada su
intuición.
Para
realizar esta pesca deben comunicarse con el
Guía Miguel Alvarado,
es el único que te saca a pescar en Magdalena con todas las
comodidades y elementos de seguridad necesarios. El número
si leyeron el relevamiento que realizamos en Las Aguas
verdes días atrás ya lo tendrán pero para los que no
pudieron leer aquella nota acá se los dejamos:
0223 15 674787.
El resultado de la
jornada fue: 10 dorados, 2 patíes, 1 boga y muchos bagres
amarillos pescados con lombriz para utilizarlos como
carnada.
Como último dato,
siempre deben escuchar los consejos del guía, tanto como la
modalidad a efectuar, la forma de encarnar, la posición de
la caña una vez que se clava el pez, como traerlo a la
embarcación, y ojo con la manera que utilizan para sacarle
el anzuelo de la boca. Tener siempre los materiales
necesarios. Boga grip que es un gancho que se coloca en el
maxilar inferior para no agarrar al pez de algún lugar
peligroso y para quitarle el anzuelo utilizar una pinza de
punta larga. No nos hagamos los que nos las sabemos todas
porque un mínimo error y el dorado sepan que muerde fuerte.
Así pescamos el dorado,
hasta la próxima nota
Sentí la pesca... viví
la pesca.
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