Pesca de Miércoles, 31 de Agosto de 2011
Nuevamente
nos enfrentamos con el Río de la Plata siempre con la
esperanza de llenar el cajón y de obtener la pieza de
nuestras vidas. Esta vez ingresamos a las 14hs. al agua por
el tema de las mareas, según los cálculos que hicimos íbamos
a poder entrar y salir con agua tranquilamente. El viento
soplaba de tierra con mucha intensidad pero también sabíamos
que a las 15hs aflojaba por lo que no íbamos a tener una
tarde complicada con la navegación.
Arrancamos el gareteo con ancla de capa para frenar un poco
la deriva, y cebando la zona lanzamos las boyas a la deriva.
La primera hora fue problemática por el viento, las líneas
no derivaban parejas. A medida que el viento iba aflojando
el panorama también lo hacía hasta que empezamos a recibir
los primeros piques.
El
primero fue un medianito, que es el encargado de cambiarte
el ánimo y encarás la jornada de otra manera. A partir de
ese momento y a medida que los minutos pasaban el pique fue
haciéndose menos espaciado por lo que al llegar el atardecer
picaban las líneas de los dos pescadores juntas. Como
siempre decimos y vale la pena recalcarlo, si nunca pescaron
al atardecer un día hagan esto y comprueben de la actividad
del pez cuando el sol esta cayendo, es comprobado por
nosotros que es el momento donde los piques son más
constantes. Eso sí, calculen la luz solar, porque de un
momento para el otro la visibilidad cambia notoriamente y
navegar con poca luz no es algo sencillo y todos sabemos que
cuando el pez pica no queremos regresar.
Al
terminar la jornada quedamos conformes por la cantidad pero
no por la calidad de los pescados, ninguno llego a superar a
los medianos, es una época donde ya tendría que haber picado
el pez grande, el matungo de más de 45cm. Pero bueno amigos
pescadores, la pesca todos sabemos que es así, hay que
trabajarlo al pez, hay que buscarlo y si no se da sabemos
que buscamos por todos los medios para atraerlo. Disfrutemos
de las últimas salidas en busca de la flecha plateada antes
de que lleguen nuestras amigas las rubias, que ya estamos en
época.
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